Será bachiller a los 56 años.
A Jorge Delgado sus 56 años de edad no le han quitado la ilusión
de terminar ahora el bachillerato, que interrumpió cuando emigró a Venezuela.
Él hace tres años regresó a Manta, escapando de la
crisis económica de Caracas donde tenía el oficio de carpintero. Delgado
recordó que emigró a ese país junto con sus padres y hermanos, cuando cursaba
en ese entonces el cuarto año diversificado, ahora primero de bachillerato.
Agregó que luego al regresar a Manta se encontró con poco trabajo,
por lo que decidió retomar sus estudios. “Si Dios me presta
vida, el próximo año voy a ingresar a la universidad para estudiar
Jurisprudencia”, manifestó. El año pasado inició sus estudios en la unidad
educativa fisco misional Padre Jorge Paladines, ubicada en la parroquia Aníbal
San Andrés de Montecristi.
“Me matriculé en el segundo año de bachillerato y actualmente estoy cursando el
tercero”, dijo.
Señaló que su colegio es semipresencial y por
aquello debe trabajar largas jornadas los viernes y sábado en las aulas. “Ser estudiante
adulto es muy sabio, porque me lleno del conocimiento de mis compañeros de 15
años de edad y ellos de mi experiencia de vida”, resaltó. MÁS ADULTOS. Magaly Ávila, maestra, indicó que
entre la población de estudiantes que tiene el plantel, existen 20 adultos que van desde los 56 hasta los 68 años. “Ellos son un referente en las
aulas; sus experiencias de vida son muy productivas a la hora de reflexionar un
tema, destacó la maestra.
Agregó que estos estudiantes interactúan en
todas las jornadas académicas y actividades comunitarias con sus compañeros de
menos de 25 años.
Fuente: La Marea
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